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Pantaleón Gómez, recuerdo de un duelo, curiosidad de la historia
Por Vicente Pascual Suárez de Figueroa, Presidente del IRHCIS, descendiente de los Fundadores de Dolores.
Pantaleón Gómez fue un político argentino que peleó en las batallas de Cepeda y Pavón como militar. Participó en las batallas de Yatay, Curupaití y Tuyutí siendo héroe guerrero del Paraguay, encontrándose en Buenos Aires en 1871 fue uno de los que arriesgó su vida brindando solidaridad durante la epidemia de fiebre amarilla donde murieron alrededor de 30 mil personas a corto y mediano plazo llenándose el cementerio de la Chacarita en la oportunidad. Gómez fue Gobernador del Chaco en 1878 y al momento de su muerte se encontraba al frente como Director del Periódico “El Nacional” en Bs. As. donde atacaba con ingenio y dureza al excéntrico General Lucio Victorio Mansilla. A los duelos graciosos escritos le sucedió el duelo en el campo del honor que era común y legal en su tiempo. Los hombres se encontraron en la quinta del escribano Tulio Méndez el día 7 de febrero de 1880. Los padrinos de Mansilla fueron los Coroneles Uriburu y Godoy, y los de Gómez, fueron los coroneles Meyer y Lagos. El día estaba caluroso y el cielo despejado, los hombres se saludaron y caminaron diez pasos en dirección contraria, dieron vuelta cara y se aprestaron. A Gómez le tocó primero por reglamento y tomando su pistola direccionada a Mansilla dijo:”Yo no mato a un hombre de talento” disparando tres proyectiles al piso, en tanto cuando le tocó a Mansilla dijo:” le disparo al tercer botón”, pero le disparó directo al corazón, cayendo Gómez muerto. Mansilla corrió a su lado, lo abrazó y con lágrimas en los ojos le besó la frente. Una multitud acompañó a Gómez al cementerio y hablaron más de diez oradores, el último fue Domingo Faustino Sarmiento quien espetó:” ¡Muerto! Pantaleón Gómez el simpático, el fervoroso, el leal, el verídico, el arrogante joven…!Muerto!, lo ha muerto su exceso de vida, que rebulle en la juventud y brota por los poros en palabras, en pasiones, en ideas, en acciones buenas, en sentimientos de patriotismo, todo prodigado sin reservas…!Imitádlo jóvenes a Pantaleón Gómez, él no mata a un hombre de talento aún teniendo esa primera posibilidad de salir airoso…(sigue el largo discurso de despedida de Sarmiento, que al decir de Paul Grossauc, salía a borbotones como de una máquina).El mimado y sobrino de Rosas nunca pudo olvidar esta tragedia, la muerte de Pantaléon Gómez le acompañó de por vida, era su lado oscuro, el costado amargo de su historia, cada vez que se le moría un hijo que tuvo la desgracia de ver morir a todos con corta edad se acordaba de la cara de Gómez, incluso cuando falleció su hija Esperanza, dijo:”ni por haberle puesto el nombre esperanza se salvó!” Al día siguiente de ocurrido esto, el 8 de febrero de 1880 Mansilla fue destinado por el Gobierno Argentino para viajar a Francia , y en París estuvo durante dos años, se le encargó estudie la situación de los inmigrantes, compras de armas, y de paso hacer un curso de electricidad .Ningún Juez lo juzgó a Mansilla, y la sociedad fue dura con él, en tanto quien lo condenó fue la Masonería.
Vicente Suárez de Figueroa.
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